Es la unión de FIV (Fecundación In Vitro) y PGT-A (Preimplantation Genetic Testing). El PGT-A para anomalías cromosómicas es un análisis genético embrionario que se realiza durante el tratamiento de FIV para la detección de anomalías en el número de cromosomas (aneuploidías).
Aunque ambas técnicas llevan mucho tiempo empleándose, ahora ofrecemos la posibilidad de unirlas en un mismo tratamiento. Con FIV GENETIC, gracias al análisis cromosómico, aumenta el porcentaje de éxito por transferencia y también la probabilidad de tener un bebé sano.
El 90% de los pacientes que siguen un tratamiento de reproducción en el Grupo IVI quedan embarazados.
IVI ofrece atención personalizada y acompañamiento en todas las fases del tratamiento.
IVI es pionero gracias a que usa la última tecnología de reproducción asistida para ofrecer los mejores resultados.
En IVI somos la que más alternativas de tratamiento ofrecemos para lograr resultados.
En IVI lo importante son nuestros pacientes. Individualizar cada caso, ofrecer un diagnóstico personalizado y así garantizar que se consiga el embarazo, es el objetivo de todo el equipo médico que trabaja en nuestro centro de Reproducción Asistida. Si se busca un embarazo y no se llega a conseguir por medios naturales, es importante recurrir a la ayuda de los profesionales médicos que determinarán cuál es la técnica más adecuada en cada caso. Si el más idóneo es la Fecundación In Vitro, se comienza con la estimulación ovárica.
La estimulación ovárica en FIV GENETIC consiste en la autoadministración de unas inyecciones hormonales diarias para ayudar a que los ovarios produzcan más ovocitos y, de esta forma, obtener un mayor número de embriones.
El tratamiento se realiza en el centro de reproducción asistida y tiene una duración de entre 10 y 20 días aproximadamente. Nuestros profesionales indican la medicación y las dosis adecuadas a cada mujer, dependiendo de cada caso. La paciente se aplicará diariamente una inyección con las hormonas.
Durante el proceso, el médico lleva a cabo un seguimiento del número de folículos a través de ecografías y se mide el estradiol en sangre para controlar el crecimiento y la maduración de los mismos.
Una vez que los folículos y el endometrio de la paciente se encuentran en el momento óptimo, se procede a programar y preparar la punción de los ovocitos.
Cuando se comprueba por medio de ecografía que los folículos han alcanzado el tamaño adecuado y se considera que ya hay disponibles un número adecuado de óvulos, se programa la punción folicular. Este se da alrededor de 36 horas después de la administración de una inyección de hormona hCG que induce la maduración ovocitaria de forma similar a como tiene lugar en el ciclo natural.
La punción se realiza en quirófano y bajo sedación, con el fin de que la paciente no sienta ningún tipo de molestia durante el procedimiento, cuya duración es de 15 minutos aproximadamente.
Luego de obtener los óvulos y los espermatozoides, que se obtienen a través de una muestra de semen por parte de la pareja o de un donante, se procederá a la inseminación de los óvulos.
Este proceso se lleva a cabo en el laboratorio y puede realizarse por la técnica de FIV convencional, que consiste en colocar un óvulo rodeado de espermatozoides en la placa de cultivo, o por la técnica de ICSI, que consiste en microinyectar un espermatozoide dentro del óvulo maduro con ayuda de una pipeta.
Los embriones que se obtienen luego de la fecundación de los óvulos son observados en el laboratorio y son clasificados según su morfología y capacidad de división. El Screening Genético Preimplantacional se realiza en el estadio blastocisto, cuando el embrión se encuentra en el 5º o 6º día de desarrollo. El procedimiento consiste en una biopsia a través de la cual se extraen una o varias células sin que se comprometa el desarrollo normal del embrión. Una vez realizada la biopsia, los embriones se criopreservan hasta que se analizan las células. Finalmente, se transfiere un embrión sano.
Después de realizar el PGT-A, se transfiere el embrión seleccionado al útero materno con un catéter diseñado para ello. Este procedimiento es totalmente indoloro, no requiere ningún tipo de anestesia y la paciente se marcha tras unos minutos de reposo.
El transfer consiste en la introducción del mejor embrión dentro del útero materno con la ayuda de una cánula especialmente diseñada para ello. El resto de los embriones sanos quedan criopreservados para utilizarlos en un próximo ciclo. La transferencia se lleva a cabo en el quirófano, aunque en este caso no es preciso realizar sedación, ya que es un proceso rápido e indoloro.
Los embriones de buena calidad no transferidos se vitrifican con el objetivo de utilizarse en un ciclo posterior sin necesidad de una nueva estimulación ovárica.